Un día por la mañana, al levantarme, vi una nave en el césped de mi jardín, bajé a la puerta, me asomé por una ventana y vi un extraterrestre, más o menos alto, con un poco de pelo de color azul, los ojos grandes, redondos y de color negro, la nariz larga y gorda, las orejas eran dos antenas, la boca, como una trompa de un elefante, su piel era azul y arrugada, sus manos eran una especie de tentáculos, sus piernas largas y gordas, sus pies eran unas ruedas; parecía joven, de unos 20 años de edad.
Maite Ubal 2º E.S.O. B
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