Había una vez dos hermanos, uno siempre estaba de buen humor y el otro, lo contrario, estaba de mal humor.
Siempre que su madre les mandaba hacer algo, Juan siempre lo hacía, aunque no le gustase, con buen humor y Pedro lo hacía refunfuñando y no se lo pasaba tan bien como Juan.
Un día, su madre les mandó a comprar porque le faltaba alguna cosa para acabar de hacer la comida, Pedro, refunfuñando, como siempre, salió por la puerta y pegó un golpe fuerte, Juan, un poco desilusionado, porque no le gusta comprar, salió contento porque, a lo mejor, pasaba algo interesante por la calle.
Estaban por la calle caminando, Pedro mirando para el suelo, enfadado como era su costumbre y no se fijaba en nada y le decía a su hermano que siempre tenían que ir ellos, y más cosas. Su hermano Juan pasaba de él porque cada vez le decía y repetía lo mismo...
Juan miraba por todas partes y, de tanto mirar, se encontró 5 €, Pedro ni se dio cuenta y siguió caminando... Un poco más adelante se encontró a una amiga del instituto, le saludó, y fue corriendo a donde su hermano que le esperaba enfrente del supermercado. Él, muy contento, entró, cogió lo que tenía que comprar y se marchó para la caja, Pedro cogía las cosas con mala leche y la apretujaba del mal genio que tenía.
Cuando llegaron a casa, Juan contó a su madre lo bien que se lo había pasado y la suerte que había tenido al encontrarse los 5 €.
Pedro no tenía nada que contar, seguía enfadado.
Moraleja: ¡Hagas lo que hagas, ponle ganas! ¡Te lo pasarás mucho mejor!
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