Leer, ¿Para qué?

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miércoles, diciembre 06, 2006

Batalliltas y aventuras varias

Las aventuras están en el núcleo de los más exitosos relatos y películas para adolescentes y adultos, aquí tenéis los primeros intentos de algunos alumnos de 1º de E.S.O.

NARRACIÓN DE AVENTURAS

No sé porqué, pero esa patraña de Dolores no me parecía muy convincente pero...yo también me lancé a la estrafalaria aventura, como todos mis adorables compañeros del nuevo empleo, que tenía en San Juan de Espín. Todos cogimos nuestras vacías carteras y pusimos algo de dinero en el centro de la mesa de mi detestable superior, José Manuel, que presidía (por el momento) Manuela Reyes.

Nos marchamos el jueves, la casa en que estábamos era fabulosa, y Erica también estaba fabulosa... Esa noche fue la mejor noche de mi vida... con Erica, ¡Claro! y el próximo día también, menos en una cosa que ahora mismo os explicaré: Estábamos todos listos para ir a escalar, y comenzamos la ruta que nos programó el novio de mi hermana, cuando ya estábamos un poco cansados de caminar, paramos al lado de un río muy hermoso: agua cristalina, canto de los pájaros, flores... ese sitio lot enía todo para pasar un buen rato con mi hermosura. Paramos unos 10 minutos...pero algo pasaba. ¡Oh, no! Un oso nos empezó a perseguir. Ya nos véis a todos corriendo: Uno con la pata coja, la otra, que no había terminado de maquillarse, el otro con la bragueta abierta y mi princesa y yo cogidos de la mano, corriendo. Bueno, suerte que al fin llegamos a un muro al que el oso no podía subir. Cuando se marchó, todos empezamos a ponernos las cosas que hacían falta para escalar ese inclinado precipicio. Cuando estábamos a punto de llegar arriba, todos empezamos a oír como si algo se estuviera rompiendo... la cuerda ¡Oh, no, no podía ser! ¡A Dolores se le estaba rompiendo la cuerda! Bien, nosotros tenemos soluciones para todo, ¿Creeis que dejaría caer a mi princesa de hace 3 meses? Pues no, así que cogí a Dolores y le propuse que juntáramos las cuerdas para asegurarla. Bien, tras discutirnos un montón, aceptó. Llegamos todos a salvo. Después bajamos, pero a la bajada también tuvimos un problemilla. La madame Gutiérrez, Concha Gutiérrez, se había descuidado su mochila con sus pinturas, arriba. Se estaba haciendo tarde, pero subí a buscarlas, y mientras, ellos, bajaron. Cuando terminamos el día tan acccientado que tuvimos, nos fuimos a dormir para esperar el próximo día accidentado que nos esperaba.

Al día siguiente, cogimos el coche muy pronto y empezamos nuestra vuelta al infierno de nuestro superior. No podía ser... cuando faltaban 3 kilómetros para llegar a San Juan de Espín, se nos paró el coche. Dolores no había puesto gasolina el día antes... ¿A quién le tocó empujar el coche hasta la gasolinera más cercana? ¡A Pablo y a mí! Y las señoritas en el coche. Bien, la historia termina bien: Llegamos a la gasolinera, llenamos el depósito y volvimos a cas ¿Pero quién tenía hongos en los pies? Yo.

Nuria Morales 1º E.S.O. A


Una narración de aventuras


Era un niño al que le gustaba mucho molestar a los demás y tirarse unas carreras para poder evitar que le pegaran una bronca o que le pusieran una multa y para disfrutar viendo com los molestados se quedaban muchos metros atrás.

Un día, un hombre lo cogió y avisó a su madre, su madre estaba muy enfadada, tan enfadada, que parecía un monstruo de una película de terror, el pobre niño estuvo castigado, no podía salir, no podían venir los amigos a verle, ni ver televisión, sólo ir al colegio. Se le ocurrió que podía coger huevos de una granja para regalárselos porque de ese modo estaría más contenta, iba yendo de granja en granja, vio a un viejo el cual se apoyaba en un bastón, ése sería.

Al fin llegó el día en que los iba a coger, entró en el gallinero y cogió tres huevos, había otra sala en la que había tres gallinas más, ahí estaba el hombre, él lo vio y vino el hijo de aquel hombre, los dos corrían, el hombre tras el niño, en un bote, saltó de la granja pero perdía tiempo, el hombre cada vez estaba más cerca y él más cansado, ganó un poco de tiempo porque entró en la casa en la que se tuvo que agachar para poder entrar y volvió a saltar por la ventana, el hombre pensó que el niño aún seguía dentro y siguió buscando, no lo encontró, el niño, por los pelos, se salvó.

Joan Gordó. 1º E.S.O. A




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