Entramos con la nave por nuestros orificios nasales, tiramos recto y salimos a la glándula parótida, entonces llegamos a la faringe y bajamos por la tráquea, y por allí salimos a los pulmones, volvemos a subir y aparecemos en el esófago, una vez allí, seguimos hacia abajo y llegamos a un sitio muy amplio: el estómago. Pasamos por el estómago y a lo lejos vemos el hígado y el páncreas, pasamos por la vesícula, de la que nos escapamos por un agujero que tiene, y las substancias malas que nos acompañan se pasan con nosotros y las buenas se quedan allí.
Pasamos por unos tubos enormes, primero por el colon sigmóide, luego pr el colon transverso y después por el colon ascendente.
Entramos en el intestino delgado, que es tan largo que ya pensábamos que nunca más saldríamos de allí, del intestino delgado pasamos por los riñones, que son como una especie de filtros, y luego llegamos al recto.
El viaje ha sido muy divertido y nos ha gustado mucho.
Anna Millán 1º B
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